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miércoles, 18 de noviembre de 2009

república cromañon

La noche del sabado 14 de noviembre estaba espesa, y mas aún en los alrededores de Liniers. En la cancha de Velez, unas 50 mil personas pugnaban por entrar al estadio para presenciar el regreso de Viejas Locas, banda ícono del rock chabon en nuestro país. Eran demasiadas almas ansiosas -y desesperadas- por ver el retorno de los Rolling Stones argentinos, que aparecían luego de 10 años de ausencia, tocando por primera vez en un estadio. Pero en ese debut algo salió mal, muy mal. Y ahora Ruben Carballo, un pibe de 17 años que solo quería disfrutar de aquel ritual rockero, se da pelea entre la vida y la muerte: tiene una fractura expuesta de cráneo y ha perdido masa encefálica en la noche de la represión policial, la velada de un nuevo caso Bulacio o, mejor dicho, en la noche del cromañon al aire libre.

BARRAS BRAVAS, ALCOHOL Y NOCHE FRENÉTICA

A las 20, los alrededores de la cancha de Velez estaban copados por miles de jóvenes eufóricos que merodeaban la zona. Entre ellos se podía identificar claramente a varios de los muchachos pesados que solo intentan ingresar sin entrada esperando un milagro, o alguna trifulca. Lo llamativo fue que en esta oportunidad había mas de estas personas que en lo común de otros recitales.
La cola para ingresar al campo era de 7 cuadras, reposada sobre la vereda, a lo largo de la avenida Juan b Justo. Botellas de vino y cerveza eran paisaje común. Hasta que el extenso grupo que se encontraba en el embudo de la fatídica puerta 6 fue reprimido con dureza por la policia federal. La mayoria de los que se encontraban en ese sector eran los personajes antes citados, quienes seguramente mediante empujones y cantos amenazantes pretendían burlar el vallado y penetrar la guardia de seguridad. Pero detras de ellos estaban en la fila miles de jóvenes con sus entradas en mano avanzando mansamente como en una lenta procesión: ese detalle a la montada y a la infantería les pasó de largo, ya se encontraban dentro de la ola de violencia y luego de quebrar la primera línea de rebeldes, los gases, los palazos y las balas de goma se dirigieron hacia varios de los inocentes de la cola. Corridas, gritos y golpes. Caballos sobre la vereda, insultos, otra vez palazos. Los carros hidrantes apuntaron y dispararon su delator líquido azul sobre el grueso de la hilera de jóvenes que esperaban para ingresar. Segundos mas tarde, quienes tenían mojada su ropa con ese color fueron los mas castigados. En la confusión de la Juan b Justo cortada totalmente y entre tinieblas de gases lacrimógenos se llevaron 40 detenidos y 30 heridos.
En ese panorama de enfrentamiento entre civiles y cascos negros desapareció la figura de Ruben Carballo. Lo encontraron 14 horas mas tarde en el otro extremo del predio de Velez, inconsiente y en estado de coma. La noche de rock, anarquia y descontrol ya había pasado. Pero la fractura en el cráneo de Ruben nos hacía recordar que nada había cambiado demasiado: la generacion cromañon volvía a meter la pata -como en aquella vez, solo por "responsabilidad de algunos"- y el rock una vez mas se teñía de negro. Fuimos todos.