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martes, 5 de abril de 2011

No los vamos a olvidar


Es domingo a la noche y llueve y estoy en la plata esperando el recital de U2, el ultimo de los 3 conciertos de la banda en este 2011 argentino. Colgado en uno de los tirantes que sostiene el futurista techo del Estadio Unico veo todos los detalles del campo, las plateas y claro que si: los de la famosa garra. Toneladas de fierro y plástico que se elevan desde el centro de la cancha con maraños de parlantes; en la base superior de este mega escenario, la pantalla mas impresionante de la historia del rock. Metros y metros de imagenes en alta definicion que hipnotizan a los 58 mil espectadores, y los empuja a sentir la mística de recital épico que flota en el aire. En reiterados momentos del show, el cantante del cuarteto irlandes le pedira a la gente "no se olviden de nosotros". Pueden quedarse tranquilos U2, hicieron todo para que nunca nadie aqui los olvide. Un helicoptero irrumpe la tormentosa noche de domingo y se detiene en el acceso norte del estadio. Los que vemos la escena desde la extraña posición donde nos encontramos decimos: ¿los músicos llegan volando? Minutos mas tarde una muchedumbre chifla la aparicion del gobernador Daniel Scioli en la zona del VIP. Pero ahora si: una combi estaciona raudamente en el mismo sector que lo hizo el político y del vehiculo descienden Bono y compañia. Acto después la multitud delira en gritos y U2 aparece en escena. La banda de sonido de gran parte de mi vida estaba a punto de tocar. Beatiful day abre la cuenta y destapa las ollas del recuerdo. Y de lo olvidado. I will follow, I still haven't found what I lucking for y walk on son algunas de las canciones que ayudan a rememorar épocas pasadas mientras la belleza del 360 Tour nos entra por los ojos y oidos a los miles de presentes. Nostalgia, pop, rock and roll y volumen. Muchos cantan, varios se emocionan, todos aplauden. Saben bien que lo que acaba de empezar a consumirse es uno de los recitales de la lista de inolvidables. La textura de canciones como ever better than the real thing, one, misterious ways, in a little while o with or whit out you despeina hacia atras a los que reciben las radiaciones musicales en este moderno coliseo de las diagonales. Las luces, el sonido y una vez mas, la pantalla, acompañan. Juntos no forman otra cosa que lo que cualquier curioso va a buscar a un historico cocierto de musica. A la altura de los Rolling Stones en river, el dark side off de moon de Roger Waters y la despedida definitiva de Soda Stereo en nuñez. Minutos antes del show, mientras apuraba una hamburguesa sobre la avenida 25 a un lado del ingreso al campo, habia visto ingresar a Leon Gieco caminando como uno mas. Algunos le pedían autografos, otros lo fotografiaban al paso con sus celulares y hasta uno de ellos le gritó: "¿Leon venis al campo con los pibes?". Gieco solo contesto con una cálida sonrisa. Una hora y media después de ese episodio, y en medio de la oscuridad de un breve intervalo de la U2funcion, aparecia el de Cañada Rosquin con su guitarra en la mano, en el centro de la garra. Extraño, muy. Pero inolvidable tambien. El haz de luz estilo batman lo enfoca desde bien arriba y comienza a escucharse la floclorica-rocker solo le pido a dios. Bono lo acompaña con suaves rasguidos y coros. La imagen es impensada. Es otro de los momentos en que los espectadores agradecen haber pagado la entrada y haber hecho cola y no haberse perdido el paso de U2 por argentina. Los riff de elevation y vertigo, asi como los repiques de redoblantes de sunday bloody sunday nos refrescan la pesada historia y la vigencia de los irlandeses. Para colmo en city of blinding lights la tele gigante y giratoria se expande hacia abajo en formato de panel de abejas cubriendo una superficie vertical de 25 metros, que va desde la punta de la garra hasta la base del escenario. La puesta en escena es inedita y es necesario frotarse los ojos para creer lo que se esta viendo. Enseguida la banda se despacha con Pride (in the name of love) y ante el coro eterno del publico desenfrenado, Bono termina de comprender por que las bandas mas importantes del mundo filman en Argentina sus dvd's y hablan de este como el mejor publico del mundo. Desde Sabina hasta Jagger, pasando por Angus Young y Maddona. Y si bien el viaje habia comenzado en el tren Roca de constitucion a La Plata, aferrado al pasamanos del estribo del vagon, bien sabia ya eso de que todo tiene un final, todo termina. Minutos después de la medianoche los acordes de where the streets have no name nacen desde la siempre prolija guitarra de The Edge y las pieles humanas se tornan de gallina: todos gritan y corean, y se despiden de otro de los dinosaurios del rock. Valió la pena estar aqui y absorver toda esta data. En reiterados momentos del show el cantante del cuarteto irlandes pidio a la gente "no se olviden de nosotros". pueden quedarse tranquilos U2, hicieron todo para que nunca nadie aqui los olvide.

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